Desde temprana edad, he explorado de manera intuitiva la línea curva, dando forma a grafismos que parecían filigranas, las cuales tejían tramas de manera espontánea. Estas formas me han acompañado a lo largo de mi vida y han evolucionado en sincronía con mi desarrollo tanto personal como profesional. Representan orgánicamente la naturaleza que nos rodea y, al mismo tiempo, reflejan la complejidad de la naturaleza humana. Son como raíces que nos nutren y atraviesan nuestra existencia, conectando con nuestras emociones y transformándose en pensamientos que fluyen. Casi como hilos invisibles que vinculan lo terrenal con la abstracción de la mente.
En mi proceso fusiono la espontaneidad con estas ideas y los plasmo tratando de capturar la esencia de mis emociones. Cada trazo, cada línea, es una parte integral de mi expresión artística, un testimonio visual de mi viaje creativo y personal. Son la raíces que me llevan a explorar y expandir nuevos horizontes artísticos.