Acrílico, acuarela y tinta sobre tela
120 x 100 cm
Conductor de espíritus, representa la fuerza de la luz en las tinieblas. La unión de dos mundos, el sutil y el terrenal. Místico, intuitivo, bello, ágil en sus movimientos. Su danza es sagrada. Se renueva constantemente y resurge desde la voluntad, guiado por espíritus maestros, enlazando, creando puentes y nuevas realidades.
“El camino no está en el cielo, el camino se encuentra en el corazón”. Buda
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