Arévalo, Adriana

Soy una pintora argentina, dedicada al estilo realista, utilizando como material el óleo.

Desde mi infancia estoy conectada con el arte. Estudié danzas, desde los 15 años comencé a ejercer la docencia en esta disciplina artística, la cual se extendió por muchos años. Sumé estudios de Filosofía y Diseño de Interiores. Todo esto ha marcado en mí una conducta que aplico en todos los aspectos de mi vida y está apoyada en fundamentos éticos sólidos. Desde allí me expreso a través la pintura de un modo clásico. Mi obra no pretende descubrir nada nuevo ni ser original, sino por lo contrario, es una observación de lo cotidiano, de lo que nos rodea e identifica. Es un volver a poner en valor todo aquello que tal vez el ritmo de la vida moderna, nos hace pasar desapercibido. Trato de rescatar la esencia de las pequeñas cosas o momentos, de no buscar en el universo exterior, sino en mi universo interior inmensamente infinito. Como seres emocionales que somos, busco precisamente plasmar la emoción que transmite un gesto, una flor, la irregularidad de un paño que cubre algún cuerpo o que reviste de elegancia una mesa para destacar tal vez un par de copas (que guardan momentos de celebración) o un juego de tazas (que nos recuerdan charlas inolvidables con amigas), creo que los objetos atesoran historias de vida.

Cada elemento que forma parte de mis composiciones no está puesto al azar sino que busca entrar en diálogo, donde un cuidadoso estudio del color sintetiza la idea.

Mi objetivo es seguir progresando para poder llegar cabalmente con el mensaje que pretendo transmitir, y guardo la ilusión de que el trabajo pictórico sea aún más valorado, una tarea que demanda mucho tiempo de ejecución, de análisis, de detalles meticulosos, de tiempo de secado de material, es decir de estudio y concentración.

Utilizo para desarrollar mi actividad, las herramientas tecnológicas básicas de comunicación con galerías, compradores, y difusión en redes sociales. Trato de mantener distancia con el torbellino de la tecnología para estar en permanente contacto con el mundo real, tan simple como verdadero.

Mi obra carece de caos, no porque lo niegue. El caos existe como el orden. Pero elijo rodearme de cosas nobles y bellas, ver la vida desde una óptica positiva. Creo absolutamente en el principio de que todo es energía, por eso me rodeo de obras y de todo aquello que desprenda buena energía, lo mismo anhelo para los que tengan algunas de mis obras, deseo que al verlas les provoque una emoción positiva, así también en todo espacio donde se exhiban. Me acompaña siempre la buena música, marcando el ritmo de mis días. Simplemente soy pintora de mi realidad.