“Cuando niña contemplaba a mi padre pintando cuadros de la campiña francesa y diversas catedrales europeas. Aún recuerdo la forma en la que esos colores se fusionaban, creando múltiples tonos que convergían en una imagen.
Demoré casi cuarenta años en animarme a dar mis primeras pinceladas. Comencé practicando con la pintura naíf, utilizando acrílico, pero rápidamente incursioné en la pintura al óleo. Mis obras son en su mayoría figurativas, pinté paisajes y modelos inspirados en el arte africano, y con el tiempo intenté desafiarme incursionando en el retrato de personas no reales.
Siempre busco expresar mis sentimientos a través de la fuerza de los colores, las luces y las sombras”.
Asistí al taller de la profesora Laura Poratto y participé en la muestra anual del colegio Tarbut.
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